Martes con mi viejo profesor.

Buenas, me presento.  Soy Raquel Castellano Ariño, tengo 19 años y me inicio en esta aventura de ser "bloguera" para darle visibilidad a lo fundamental e importante que es la lectura, sobre todo para los jóvenes y dejar un poco apartada la parte tecnológica sin aprendizaje ninguno.  Por eso, pienso que es necesario, que en algunos ratos libres que se tenga, leer un poco, aunque solo sea un mísero capítulo de un libro, con lo fácil que es hoy en día tener un libro digitalmente como físicamente cogiéndolos de la biblioteca pública más cercana de tu casa, tampoco es irse a otra ciudad a buscar el libro que te gustaría leer. En esta primera entrada voy a contaros un poco de qué va este libro. El viejo profesor es una persona que se pregunta si va a consumirse y a desaparecer, o si va a sacar el mejor partido posible del tiempo que le quedaba.      Por eso hizo su funeral en vida: Querido y amado primo... Tu corazón sin edad mientras te desplazas por el tiempo, capa sobre capa, s

  El viejo profesor empieza a debilitarse tanto que le está grande la camiseta de algodón que lleva y los pantalones de chándal también, ya que, con una mano se le puede coger todo el muslo. Seguramente le vendrían unos pantalones de un niño de primaria. Había encogido tanto que no llegaría a medir mucho más de un metro y medio si se pusiera de pie.  Mitch al venir del aeropuerto se pasó por un supermercado de al lado y le compró un poco de pavo, ensalada de patata, de pasta y bagels, vaya, todo muy sano porque debía cuidarse ahora más que nunca, y como comer era su afición, le quiso ayudar aportando algo de comida y fueron a la mesa de la cocina, rodeada de sillas de mimbre.                                                                  (Lo que comieron tendría una pinta muy parecida a esto).                                                                                          👇 Cada vez que volvía de ir al baño parecía cansado.  El viejo profesor le decía al alumno que ahora te