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Mostrando entradas de enero, 2021

El decimocuarto martes: Nos decimos adiós.

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  El viejo profesor ya se pasaba una buena parte del día durmiendo hasta las 10 de la mañana, cosa que no era propio de él, nunca le había gustado dormir. Ya había llegado al punto de tener que tomar morfina para aliviar el dolor. Mitch le trajo sopa, tartas de verdura y ensalada de atún, aun sabiendo que llevaba meses enteros sin masticar comida como aquella, pero se había convertido en una pequeña tradición, porque a veces cuando estás perdiendo a alguien, te aferras a la tradición que puedes. Mitch le frotó la piel flácida, le acarició el pelo, le puso la palma de la mano sobre el rostro y sintió los huesos próximos a la carne y las lágrimas húmedas y minúsculas, como si salieran de un cuentagotas. Graduación. El viejo profesor murió un sábado por la mañana, había entrado en coma dos días después de la última visita de Mitch, aún aguantó una dura tarde, una noche oscura, fue el cuatro de noviembre, cuando sus seres queridos habían salido un momento de la habitación, dejó de respirar

El decimotercero martes: Hablamos del día perfecto.

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  El viejo profesor había decidido que lo mejor era que lo incineraran y para quitar un poco de hierro al asunto dice: "Procurad no tostarme demasiado", porque veía a su cuerpo como una simple cáscara, como un recipiente del alma. En todo caso se iba consumiendo hasta quedarse en piel y huesos inútiles, por lo que le resultaba más fácil dejarlo y es que ya tosía constantemente, por lo que pasaba unas malas noches últimamente, noches temibles, sólo podía dormir unas pocas horas de un tirón, hasta que lo despertaba una violenta tos de horas y tenían que entrar en el dormitorio a darle golpes en la espalda para intentar sacarle el veneno, pero estaba dispuesto a pasar a lo que viniera a continuación... Cuando se le ponía la voz ronca lo que solía significar que tenía que dejar de hablar un rato. El viejo profesor dice que si estuviera sano hoy las cuestiones que le importarían serían las relacionadas con el amor, la responsabilidad, la espiritualidad y la conciencia, pero llevab

El undécimo martes: Hablamos de nuestra cultura.

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La fisioterapeuta estaba enseñando a Mitch a aflojar a golpes el veneno que tenía en los pulmones, cosa que por entonces había que hacer regularmente, para impedir que se endureciera, para que siguiera respirando. Aunque lo suavizaban diciéndole el viejo profesor que siempre había querido pegarle y nunca lo había admitido, entonces le dice Mitch: ¡Ésta, por el notable que me pusiste en tercer curso! Pero realmente era la gimnasia final antes de la muerte, porque su enfermedad ya estaba peligrosamente próxima a su punto de rendición, morirse ahogado, no hay manera más terrible de morirse que esa... Las hojas secas estaban recogidas en montones en los prados de West Newton. El viejo profesor estaba tan consumido que parecía que tenía cuerpo de niño más que de hombre. Mitch veía la palidez de su piel, las pocas canas sueltas, el modo en el que le colgaban los brazos, sueltos e impotentes. Nos dedicamos mucho tiempo a intentar dar forma a nuestros cuerpos, levantando pesas, haciendo flexio

El décimo martes: Hablamos del matrimonio.

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El viejo profesor cada vez dormía peor, ya necesitaba oxígeno casi todas las noches y sus ataques de tos estaban siendo terribles, podía llegar a durarle una hora y no sabía nunca si iba a ser capaz de dejar de toser, tenía cerca la muerte. El viejo profesor ya no podía comer la sopa de zanahoria, las tartas de verdura ni la pasta griega que le trajo Mitch, aunque ya procuraba comprar la comida más blanda. El viejo profesor tampoco tenía fuerza para masticarla y tragarla. Ahora comía principalmente suplementos dietéticos líquidos, a los que se añadía si acaso una galleta integral que se dejaba empapar hasta que estaba blanda y fácil de digerir. Casi todo era en puré porque absorbía los alimentos con una pajita.  El viejo profesor decía que los chicos de hoy no saben quiénes son ellos mismos, por lo que cómo van a saber con quién se casan... Porque los amigos no van a estar aquí por la noche cuando estés tosiendo y no puedes dormir y alguien tiene que pasarse la noche en vela a tu lado,